Puedo contaros 701 formas de hacer tartas de
chocolate.
Puedo contaros
1846 maneras de mascar chicle.
Puedo contaros
más de 100 formas de morir, y otras 467 de matar.
Pero hay algo
que no os puedo contar. Y no es porque sea imposible o difícil.
Simplemente no se. No sabría contarte.
Es la vida.
Sí, es cierto. Antes dije que no era difícil.
Aunque, si lo pensáis bien, no lo es.
Somos como barcos de vela en una tormenta. Puedes
luchar y arriesgarte, o puedes tomártelo con calma, contar hasta diez, cerrar
los ojos, respirar y concentrarte en escapar de ella, o simplemente, puedes quedarte sin hacer nada
pidiendo auxilio.
Haz lo que quieras.
Toma tu camino.
Recuerda que no hay caminos correctos, todos te
ayudan a seguir adelante, pero acarrean consecuencias.
Hay algo más que tienes que saber sobre la vida, y es
que no dura para siempre, pero puedes vivirla como si cada día fuese el último…
Algún día acertarás.
Porque, como dice Pablo Milanes…
“La vida no
vale nada si tengo que posponer otro minuto de ser y morirme en una cama.”