He visto pájaros de guerra caer a
mis pies y sumirse en el fuego más sonoro. He visto miles de armas sujetas a
cadáveres inertes y pálidos. También he visto a niños llorar a lágrima viva
antes de ser fusilados ante la mirada de todos.
Compañeros míos han salido
volando en miles de pedazos por culpa de
bombas que no deberían estar donde estaban.
Cada día piensas que va a ser el
último, que ese día no caerá nadie de los dos bandos. Pero no es así. Nunca lo
es.
Y piensas que al volver a casa
todo acabará, que volverás a ser feliz con tus hijos y con tu familia.
Pero los horrores de la guerra te
persiguen.
Tus hijos crecen y al volver no
te reconocen. Te pierdes su primera palabra, su primera canción, su primer día
de colegio…
Tu pareja parece perdida. En su
frente encuentras arrugas que antes no estaban ahí. Cada arruga es un día que
ha estado preocupada por ti. Y hay miles y miles.
Y tú empiezas a tener pesadillas.
Las caras de los civiles te persiguen… Y te perseguirán hasta que mueras.
Al final la guerra nos destroza a
todos por igual.
Nunca podrás decirle a tu hijo
que eres una buena persona, porque ambos sabéis que no es así.
En ocasiones ni siquiera serás
capaz de mirarle a la cara porque recordarás a ese chiquillo que te miraba,
suplicando por su vida mientras tú le apuntabas con un arma a la cabeza antes
de abrir fuego.
Llorarás. Llorarás hasta dormir.
Y en cuanto cierres los párpados volverán las pesadillas. Y ese niño te
perseguirá con la mirada. Preguntándote por qué lo hiciste.
Y tú, tú no serás capaz de
responderle.
Y así, de un momento para otro te
das cuenta de en qué te has convertido. Eres un ser aborrecible. Es más, un
arma de matar. Un asesino legal.
Eres un héroe para tu país y
todos te ven así. Pero tú sabes que no. Y eso ya no va a cambiar. Si todos
supiesen lo que has visto te aborrecerían como te aborreces tú.
Y ahí te quedas. Con la mirada
perdida.
Intentando borrar imágenes y
voces que no desaparecerán nunca.
Sabes que eres un monstruo. Un
arma de guerra.
Y eso te marca para siempre.
Puff, si, es muy duro, sabes expresar los horrores de la guerra, desde quienes mas la viven, me encanta Andy! sigue escribiendoo!
ResponderEliminarDuro pero realista el relato, Andy. Enhorabuena, de verdad. Yo tuve la suerte o la desgracia de escuchar a uno de mis abuelos relatando sus recuerdos de la Guerra Civil siendo un niño y, verdaderamente, se te eriza la piel... Una guerra jamás traerá progreso a la humanidad y eso es algo que parece no entender los que las crean.
ResponderEliminarUn besazo,
Abel Jara Romero
Me encanta, como ya han dicho es duro y realista.
ResponderEliminarYo, "por desgracia" no he tenido la suerte de escuchar alguna que otra ... batallita, pero con tu relato no me hace falta más. Hay una parte,... en la que tengo una duda: "Las caras de los civiles te persiguen... Y te perseguirán hasta que MUERDAS.
¿Es así verdad? No sé... no entiendo esa parte :S Plis, explicamelo!
Aún así, me encantó :)
P.D: soy Stella, del tuenti.
Holaa, lo de que MUERDAS es un error ortográfico que he tenido, gracias por decírmelo :)
EliminarAhora lo corrijo