Quizá todo esto había comenzado con ese beso que no estaba en sus planes... Aparentemente. En el fondo querían callarse lo que deseaban gritar.
Ya en casa él besó cada uno de sus pechos desnudos. Mordió poco a poco su cuello mientras ella sonreía observando esos ojos que tanto conocían.
Él la miró sin nada de ropa y besó ese lunar que tantas veces había besado antes. Ese lunar que ya poseía su nombre y apellidos.
Quién sabe cuantas personas lo habrían besado desde entonces.
Eran dos personas con un pasado en común, un pasado ya muy lejano. Se conocían como uña y carne aunque lo negasen por guardar las apariencias entre sus "le odio", "me da igual su vida" y "no quiero saber nada".
Pero, en el fondo, se querían como nunca nadie ha querido. Y se lo mostraron, en silencio.
Mientras la noche acontecía en la ciudad, dos personas escondidas se entregaban una vez más.
Te encuentras en un bosque, pero no en uno cualquiera. Esto es un Bosque de palabras, escritas a mano por personas como tú y como yo. Cuidado con perderos en este laberinto sin principio ni final, pues cada palabras, cada historia narra algo nuevo e innovador que te absorberá cada instante. Bienvenidos al Bosque de palabras.
jueves, 26 de marzo de 2015
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Que bonitooooo *-*
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